«Un ballo in maschera» abre el 1 de septiembre la Programación Lírica de A Coruña
redacción / la voz
La nueva temporada de la Programación Lírica de A Coruña se estrenará los días 1 y 3 de septiembre con la representación de Un ballo in maschera, una de las obras maestras de madurez de Giuseppe Verdi. Además de la ópera en sí, la cita será especial por otros dos motivos: por un lado, homenajeará a la soprano ourensana Ángeles Gulín -quien la cantó, entre otros, con Pavarotti, Carreras o Bergonzi- a los quince años de su fallecimiento; por otro, supone el regreso al Teatro Colón para la Asociación de Amigos de la Ópera de la ciudad herculina, donde inició sus actividades hace ya más de medio siglo.
Mientras las entradas ya se han puesto a la venta (entradas.abanca.com; teléfono 902 43 44 43, y taquilla de la Plaza de Ourense) se trabaja en los preparativos para la representación. Desde hace días se elaboran en Santiago los elementos de la producción, cuya dirección escénica corre a cargo de Mario Pontiggia, quien ya había dirigido la de Il Trovatore que se pudo ver en A Coruña en el 2015. Si en aquella ocasión el argentino se centró en «una historia de amor violento entre gente joven», ahora el amor vuelve al primer plano, solo que en una versión más madura, «no como un arrebato, sino sufrido, interiorizado». Pontiggia otorga así la preeminencia a esta dimensión de los sentimientos sobre la otra que preside Un ballo in maschera, la política, y por la que Verdi sufrió los rigores de la censura.
El compositor italiano se inspiró en el asesinato del rey sueco Gustavo III en una fiesta de disfraces, pero se vio obligado a cambiar personajes y trasladar la acción de Europa a Estados Unidos. «No se podía matar a un rey en escena», explica Pontiggia. En su caso, la línea política de la ópera aparece como «la conjura que impide el amor». Esa conjura introduce además un elemento de mayor teatralidad: para los conspiradores, las máscaras son un elemento práctico para cometer su crimen; para un compositor y una escenografía, añaden una posibilidad de reflexión sobre la teatralidad misma. «Como ya ocurre en otras óperas de Verdi, ese baile tiene algo del momento alegre que precede un gran drama», sostiene el director de escena. Es inevitable relacionarlo con el clímax de El Padrino III. Pontiggia se ríe con la mención: «Palermo es una de las ciudades más teatrales que he conocido, y cuando vas con amigos que la visitan por primera vez lo primero que quieren visitar es la famosa escalinata».
Pontiggia destaca de esta nueva producción -su cuarta de Un ballo in maschera- el «magnífico elenco». Entre las voces se cuentan las de Gregory Kunde, que ha cantado recientemente Otello en el Covent Garden londinense; Saioa Hernández, que al acabar en A Coruña trabajará en una Aida con William Friedkin, director de El exorcista; y Juan Jesús Rodríguez. Ramón Tebar será el director musical y en el foso se encontrarán la Orquesta Sinfónica de Galicia y el Coro Gaos.