Puro Celso
03 de septiembre de 2016. 23:37h Gonzalo Alonso.
Obras de Donizetti, Verdi y W.V.Wallace. Tenor: Celso Albelo. Piano: Juan Francisco Parra. Teatro Rosalía. A Coruña, 2 de septiembre.
Han pasado diez años desde la presentación de un joven Celso Albelo en A Coruña. Resultaba curioso comprobar el cambio de imagen en el video proyectado al inicio del recital con el que le homenajeaba la sufrida Asociación de Amigos de la Ópera de la ciudad. En estos diez años ha consolidado una importante carrera que le ha llevado a cantar en los principales teatros y cosechar múltiples premios. Y no sólo ha cambiado la imagen, sino también la voz, que ha crecido considerablemente, lo que le permite ampliar su repertorio, incorporando papeles como «Werther», aria con la que cerró las propinas solicitando a Cesar Wonenburger, director artístico del festival, su debut gallego en el rol.
Centró el repertorio de este recital en Donizetti, con la única excepción de la verdiana «La dona è mobile» final y lo empezó con una modélica interpretación de «Cercherò lontana terra» del «Don Pasquale». Se ha escrito muchas veces que Albelo recuerda a Kraus, cosa que es cierta a pesar de que ya haya encontrado su propia personalidad, pero en esta aria quien venía a la mente era Carlo Bergonzi y su maestría canora en el fraseo. El de Albelo es una delicia, por claridad y musicalidad. Había ternura, sentimientos, junto a unas notas delicadamente ligadas y un admirable control y dosificación de las dinámicas, con preciosas medias voces y filados. Continuó así toda la noche, con la excepción de la cabaleta que sigue a la comentada aria, bastante a trompicones y con la voz algo velada en el registro medio. Sería probablemente por encontrase aún frío, pero yo no la habría incluido. Hubo muchas otras ocasiones para lucir legato, como el «Pour me rapprocher de Marie», la «Furtiva lagrima», el «Fra poco a me ricovero», y también para apabullar con sus brillantes y solidísimos agudos: los de «A te o cara», «La dona è mobile» o la ristra de «La hija del regimiento». Un recital en el que hubo mucho con lo que disfrutar de un tenor en plenitud, bien acompañado al piano por Juan Francisco Parra.