El director firma la puesta en escena del «Don Giovanni» que se representará en A Coruña el próximo septiembre
La Voz / Redacción
En 1798 la ópera de Mozart Don Giovanni se estrenó en A Coruña, la primera ciudad española en acogerla. Este otoño la obra inaugura la Programación Lírica de Amigos de la Ópera de A Coruña. Será los días 13 y 15 de septiembre en el Teatro Colón, bajo la dirección musical de Miguel Ángel Martínez y la dirección escénica del cineasta Carlos Saura, que ya había hecho Carmen.
¿Qué elementos ha elegido para este montaje y qué espera transmitir de la obra con ellos?
Son elementos sencillos, alusivos a cada uno de los cuadros de la obra. Se basan en las proyecciones de dibujos que he hecho de manera esquemática sobre dos grandes estructuras. Además, habrá otros elementos en función de la dramaturgia. Es una escenografía basada en la simplificación de los elementos escenográficos. Espero que con ellos el público se integre en el desarrollo de la trama junto con la música y los cantantes.
La escenografía plantea un diálogo a tres, con la orquesta y con los cantantes: ¿qué función desempeña en ese triángulo? ¿Y cómo es, o debe ser, su relación con el director musical, en calidad de director de escena?
Se trata de establecer una relación estrecha entre estos tres elementos, la ópera, la orquesta y los cantantes: es algo fundamental para el entendimiento de la obra. Yo tengo un enorme respeto por el director musical. Según mi experiencia dirigiendo Carmen, el director de escena debe de estar un poco supeditado a lo que es la esencia de la ópera que es la música y los cantantes.
Don Juan es ya un arquetipo que pertenece a la cultura universal. ¿Qué visión o interpretación particular hace de él?
Yo he hecho una versión de Don Juan muy personal en cine que se llama Io Don Giovanni donde está recogido todo lo que pienso sobre la obra y donde está plasmada la relación con Mozart y Lorenzo Da Ponte. Es un tema que he trabajado mucho para hacer la película y que conozco muy bien. Hoy en día es un personaje que puede quedar casi como la esencia del machismo, pero hay que entender también un sentido que hay en toda la obra, que es un sentido con un cierto humor sobre este personaje que es Don Juan. Me gusta mucho la ópera de Mozart, se han hecho cientos de Don Juanes, pero la ópera de Mozart reúne todas las condiciones para ser un espectáculo estupendo, la música maravillosa y con un libreto muy habilidoso. Es una ópera que se puede seguir muy bien dramáticamente y se sigue muy bien el argumento. Hay una historia muy concreta y está a punto de ser, de hecho es, una comedia con un final trágico como contraste a toda la obra.
En ópera también se ha ocupado de otro mito español universal, Carmen. ¿Hay algún tipo de retroalimentación entre estos dos trabajos suyos?
Hay que tener en cuenta una cosa que es bastante sorprendente: en los grandes personajes míticos de la historia hay muchos que vienen del acerbo español como es Don Quijote, Carmen (aunque venga de Francia), Don Giovanni, son los grandes mitos y hay muy pocos en el mundo, están muy definidos. Esto a mí me fascina mucho. Carmen y Don Giovanni son temas muy diferentes pero me gustaría que tuviese influencia mi película Io Don Giovanni, aunque la ópera no tiene nada que ver con el cine, tiene su lenguaje propio.
¿Qué le atrajo de Da Ponte?
Es un personaje fantástico. Creo que el Don Giovanni le debe muchísimo a Lorenzo Da Ponte, es un trabajo donde Mozart y da Ponte se han sentido muy de acuerdo y se han divertido mucho creando esta ópera y que hay muchas reflexiones personales dentro de la ópera. Da Ponte tiene una vida extraordinaria desde Viena hasta EE.?UU., ha trabajado con los grandes autores operísticos y su relación con Mozart es fantástica.
Y en aquella película llevó el mundo de la ópera al cine. Ahora, ¿su montaje se verá influido también, y de qué manera, por su visión como cineasta?
Como he mencionado son dos lenguajes completamente diferentes. Puede ser que haya alguna relación casi inevitable, pero me enfrento a la ópera con una visión completamente distinta a la cinematográfica. Es una obra que yo planteo desde la simplicidad, está en un límite de contención y espero que así funcione cuando se represente, aunque mucho más de lo que yo puedo aportar lo importante son los cantantes y la música. Mi trabajo como director es el de ordenar los elementos, no es tanto una creación, sino un servicio a la obra y a la música.
Don Giovanni se representó en España por primera vez en 1798 en A Coruña, por lo que es un lugar más que indicado para este montaje…
¡Ojalá sirva como un homenaje a esa primera representación!