Celso Albelo (El Ideal Gallego)

“Si me dicen: ‘Elige una obra en la que te sientas identificado, te diría que mi hijo”

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El canario regresa a los escenarios con la primera ópera de la Temporada Lírica quintana

Celso Albelo, Tenor

El cantante regresa al Palacio de la Ópera para participar el 4 y el 6 de septiembre en “La Traviata”

Celso Albelo disfruta de lo que le da su voz igual que cuando su niño se despierta con una sonrisa. El cantante dice que la receta de la grandeza está en eso. Como ahora que vuelve a la ciudad que le acunó para ser un Alfredo Germont trazado con la aguja maestra de Piero Tosi.

Regresa a los escenarios después de ser padre. ¿Vuelve con ganas?
No podía ser mejor porque en A Coruña es donde empezó todo. Es como jugar en casa después de estos meses apartado. Además que estaré acompañado de Elena Mosuc y Leo Nucci.

Leo Nucci, que además fue con quien realmente despuntó en la ópera.
Sí, él fue el que me dio la oportunidad de conocer a su gente y seguimos juntos después de nueve o diez años. Me acuerdo como si fuera ayer. Yo estaba en un concierto y se me acercó a hablar en un perfecto castellano. Me preguntó con quiénes trabajaba y me pidió mis datos. Siempre dice que él no tuvo nada que ver, pero yo creo que apareció en el momento justo.

Y a una cita, que es el engendro de otras das. ¿Qué piensa de la iniciativa?
Conocí los dos festivales y siempre pienso que la unión hace la fuerza, sobre todo, en un momento difícil como el actual. Creo que es un acierto. Lo importante es que ante grandes males, grandes remedios y la unión permite un planteamiento con más tiempo para poder elegir. Hay ciertas cosas que no por menos dinero, son de peor calidad y el binomio “La Traviata”/ “El Gatopardo” es un ejemplo, con la exposición de Piero Tosi.

¿Qué le dan los trajes inspirados en Tosi a la ópera?
Le dan un ambiente antiguo donde prima el detalle con la pomposidad justa. Los trajes son una cosa maravillosa. No tengo la cinturita del protagonista, pero siguen la línea de los que diseñó para “El Gatopardo”, no solo por los cortes. También la escenografía respira de los mismos ocres. Es bastante visible.

¿Cómo es “La Traviata” que se va a poder ver el 4 y el 6?
Es absolutamente clásica. Decía Verdi que para ser moderno, era necesario volver al pasado y es un acierto.

¿A veces pasa que ciertas versiones desvirtúan la historia?
Sí, se pierde la esencia y con esta “Traviata”, mucha de esa esencia se puede ver desde el primer minuto, con la obertura del principio. Después está el teatro con el telón pintado, que le da una perspectiva casi mágica. Ahora que está de moda el cine 3D, el teatro lo lleva ofreciendo desde siempre. La dirección escénica de Mario Pontiggia ha sido fenomenal y Ramón Tebar ha tenido mucha paciencia para llevar al coro, a la orquesta y a nosotros. Creo que va a ser una de las tardes interesantes en A Coruña.

Hábleme de su personaje.
Mi personaje es un poco tonto. Ayuda a desarrollar los otros dos, los de Violetta Valery y su padre. Cuando toma una decisión, siempre se equivoca y, en ese sentido, Alfredo está bajo la tutela de su padre. Es un papel complicado porque si lo haces mal, queda horrible y si lo haces extremadamente bien, no se ve la dificultad. Exige un reto.

Le van a terminar dando el título de “hijo adoptivo” de la ciudad como siga viniendo.
A mí, A Coruña me encanta. Es un placer. Tengo grandes amigos y son muchos años. Me han visto crecer y apareceré siempre que ellos quieran. De hecho, amenazo con volver porque hay nuevos proyectos.

Lo bueno de la Temporada Lírica es que tendrá una continuidad a lo largo del año.
Sí, serán tres o cuatro grandes grupos durante todo el año con actividades complementarias relacionadas con la música y la ópera. En ese aspecto es muy interesante. No solo habrá ópera, también está el ciclo de grandes voces, la ópera en familia…

¿Qué tal su experiencia en China?
Es la segunda vez que voy. Es un país muy interesante y pintoresco, donde quieren apostar por esta manifestación artística. Todos sabemos que el lejano Oriente es como una esponja.

Un cantante ya consagrado como usted, ¿puede seguir creciendo?
Creo que la grandeza es ser feliz con lo que te toca. Disfrutar lo que te da. Ahora busco el equilibrio entre ser cantante de ópera y padre. Tanto una cosa como la otra, las hago con alegría. Si me dicen: “elige una obra en la que te sientas identificado, te diría que mi hijo”. Siempre se despierta con una sonrisa. n

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