Entrevista a Juan Jesús Rodríguez (lavozdegalicia.es)

Juan Jesús Rodríguez: «El reparto de este “Trovatore” es imbatible»

Está consideradouno de los más importantes barítonos del mundo en el repertorio verdiano y es el protagonista del montaje de «Il Trovatore» que abrirá la semana que viene la Temporada Lírica de A Coruña. Pero, a pesar de todos los reconocimientos, Juan Jesús Rodríguez (Huelva, 1969) no oculta su disgusto, tampoco su compromiso, ante las irregularidades que envuelven la ópera en España

La crítica británica ha señalado al barítono onubense Juan Jesús Rodríguez como uno de los más importantes barítonos del mundo cantando a Verdi. Sin embargo, y a pesar de actuar en algunos de los primeros teatros internacionales, él no se siente profeta en su tierra, y no porque el público no lo quiera. Después de cantar en el 2013, en A Coruña, con Gregory Kunde, un homenaje dedicado a su compositor de cabecera, ahora regresa junto al célebre tenor para protagonizar las dos funciones de Il Trovatore que inauguran la Temporada Lírica coruñesa.

-Según la crítica extranjera usted tiene de sobra lo que hace falta para cantar Verdi como muy pocos lo han hecho. ¿Cuál es el secreto?

-Lo primero es sentir al compositor y después poseer las condiciones vocales que te permitan transmitir su mensaje al público. Con Verdi no resulta tan difícil porque conoce a fondo la voz y sus posibilidades para expresar, con todo tipo de matices, lo que cada personaje siente en cada momento. Lo que el cantante debe hacer es dejarse invadir por su genio, llegar a su esencia y comunicarla.

-A los barítonos casi siempre les toca hacer de malvados. Sin embargo, con Verdi incluso los villanos tienen un punto de ternura, nunca resultan planos. Le ocurre por ejemplo a su personaje de Il Trovatore, ¿no?

-El conde de Luna parece estar siempre enfadado, entre otras cosas, porque su rival, su enemigo, es también el que se queda con su prometida. Sin embargo, llega un momento, en el segundo acto, en el que canta una declaración de amor maravillosa. Eso es lo extraordinario de Verdi, que es capaz de extraer la vulnerabilidad del personaje, lo cual te permite a ti como cantante exponer tu propia al alma y conmover al público.

-Conmover es lo que pretendían los padres fundadores de la ópera cuando crearon esta forma artística hace varios siglos. ¿Sigue siendo tan necesario conmover o hoy es algo pasado de moda?

-Yo diría que más que nunca, sobre todo con la que está cayendo. La gente siente la necesidad de asistir al teatro para ser confortada de alguna manera por el arte. Es una misión que tenemos y hay que conservarla.

-Sin embargo los políticos no se lo ponen fácil. Parece que acaban de confirmar que no habrá bajada del IVA cultural.

-Y es un gravísimo error. La cultura es lo que define a un país, y si no invertimos en ella, mal asunto.

-La ópera tiene, entre algunos, fama de cara, de elitista.

-En España hay dos niveles: el Estado aporta los mayores recursos a los teatros de las ciudades grandes, que son los que más despilfarran en producciones muy costosas, pero que a veces no interesan a nadie, con repartos muchas veces mediocres. En cambio, en ciudades más pequeñas, donde se cuidan más estas cosas, se ven funciones de ópera mucho mejores, más interesantes, de primer nivel internacional y con una relación calidad-precio que le da mil vueltas a las de los otros de mayor fama. Ahora mismo, este Trovatore de A Coruña tiene un reparto imbatible y la nueva producción que se ha creado lleva el sello de una persona que ama, conoce y respeta el teatro como Mario Pontiggia. Creo que se verá en muchos otros teatros. Por otra parte, creo que en España, desde la educación, tampoco se hace lo suficiente por acercar la ópera y la música a los niños. En Alemania cualquier niño conoce La Flauta Mágica, se hacen producciones para ellos.

-Es la segunda vez que canta con Gregory Kunde en A Coruña y la primera que actúan juntos en una producción operística. ¿Cómo lleva cantar con el tenor de moda en España?

-Sí, todo empezó aquí y es un privilegio cantar con él, por la seguridad que transmite, por su musicalidad, por todo, es uno de los más grandes, el tenor de referencia en este repertorio. Aquí nos hemos juntado un equipo vocal que por encima de todo somos amigos, y eso se transmite. Parece como si estuviéramos poseídos por nuestros personajes, por la gran música de Verdi.

-Usted ha logrado abrirse un hueco entre los mejores barítonos del mundo, pero en cambio no canta tanto en España como quizá debería, ¿por qué?

-Hay muchos factores y uno de ellos es que seguimos pensando que lo de fuera es siempre lo mejor. En los principales teatros españoles se contrata a cantantes españoles para segundos repartos que son mucho mejores que los que aparecen en el primero, algo que por ejemplo no ocurre en Italia. Y después está el asunto de las agencias. Determinados agentes muy conocidos controlan lo que ocurre en los principales teatros de este país, imponen a sus representados, obstaculizan el paso a los otros, los vetan… Es muy triste pero es así, y hay que denunciarlo.

-¿A usted le ha ocurrido alguna vez?

-Yo he triunfado en el Teatro Real, en el Maestranza de Sevilla, en el Palau de les Arts, en el Teatro de la Zarzuela… El público me pide que vuelva allí, pero a veces no se trata solo de cantar bien, sino de con qué agente trabajas y si tiene vía libre en ese teatro. La pasada temporada interpreté La Traviata en el Real con un éxito popular increíble. Y sin embargo, el director de orquesta, un italiano con el que tenía una rencilla del pasado, decidió pedirle al teatro que me eliminaran de la producción. El teatro me amenazó con hacerlo en lugar de apoyarme como artista que soy de casa. No me defendieron como debían.

-¿Es por eso que quiere crear una plataforma para defender a los cantantes españoles?

-Sí, creo que ha llegado el momento de decir basta, de unirnos y demandar lo que es legítimo. En Italia los cantantes de allí tienen otra consideración, aquí muchas veces se nos menosprecia, y eso no puede seguir así. Tenemos que apoyarnos y defender nuestro trabajo. Los teatros del mundo entero están llenos de artistas españoles. ¿Por qué, entonces, hay tan poco trabajo para nosotros en nuestra propia tierra, si los teatros grandes tienen recursos para dárnoslo? No solo hablo por mí, sino también por compañeros que lo están pasando mal. A veces se imponen cláusulas abusivas que otorgan a un director la facultad de echarte a la calle simplemente porque no perteneces a la misma agencia que este.

-No es la única discriminación que a veces sufren los cantantes. Ahora también parece haber una obsesión por que los cantantes de ópera sean como modelos de pasarela o estrellas de cine. ¿Tiene algo que ver el hecho de que tantas óperas se programen, también, en las salas de cine?

-Tiene que ver con la obsesión por la estética de esta sociedad, que es algo enfermizo. Y por supuesto, ver la ópera en un cine no tiene nada que ver con hacerlo en un teatro. La voz no llega igual, por ejemplo. No hay nada como el contacto desnudo y directo con la voz humana, su capacidad de conmover, y eso solo se aprecia en directo, en un teatro. Eso es lo fundamental. Yo he llegado a enamorarme de algunas cantantes solo por su voz, más allá de que su físico no obedeciera a los falsos cánones estéticos de hoy. Nosotros actuamos fundamentalmente con nuestras voces y con nuestra alma, que es lo verdaderamente importante.

A Coruña. Palacio de la Ópera. 3 y 5 de septiembre. 20 horas. De 45 a 85 euros

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