A continuación reproducimos algunas críticas y comentarios de medios locales, nacionales e internacionales sobre el inicio de la Temporada Lírica 15/16 en A Coruña:
Publicado en la británica “Seen and Heard International”:
A Superb Trovatore Opens the Season in La Coruña
September 5, 2015
Spain Verdi: Il Trovatore (new production): Galicia Symphony Orchestra, Coro Gaos, Keri-Lynn Wilson (conductor), Palacio de la Ópera, La Coruña, 3.9.2015 (JMI)
The new opera season at La Coruña has begun with a genuine success. All opera lovers know what Arturo Toscanini said about the need to have the four best singers possible for a performance of Trovatore. I won’t say that this is what occurred in La Coruna, but the quartet ̶ rather, quintet – of protagonists was excellent, and we witnessed a true feast of Verdian singing.
This new production by Mario Pontiggia shows, once again, that it’s possible to offer a worthy stage production despite limited means, at least as far as the aesthetics are concerned. The sets consist of a series of columns in light colors, sort of like Legos, that change shapes and locations for the different scenes. The costumes reflect the Middle Ages and are appropriate…
José M. Irurzun
The Exceptional Leo Nucci Delights in La Coruña
September 6, 2015
Spain Recital: Leo Nucci: Ramón Tébar (piano), Teatro Rosalía de Castro, La Coruña, 4.9.2015 (JMI)
Between the two scheduled performances of Il Trovatore, La Coruña presented a compelling recital by Italian baritone Leo Nucci. Attending a concert by the great baritone is always a special occasion, and with good reason. On top of his genuine talent, there is his miraculous longevity and his generosity towards the audience. To this one might add some curiosity about whether the decline that will inevitably come has begun. Well, our high expectations were more than met: the recital resulted in a new triumph for Leo Nucci.
The first section of the program featured little-known works that were not of great vocal relevance: three prayers by Giuseppe Verdi, a song by Vincenzo Bellini with a text by Metastasio (“Per Pietà, bell’idol mine”) and two other Verdi pieces. I found Nucci less impressive here, almost inaudible in the lower notes and with vibrato that I had not noted before. This segment was useful mainly for Nucci to warm up his voice, and everything changed in the second half.
Opera now became the focus of the program, and there’s no doubt that Nucci especially shines in opera, rather than in lieder or song. He began with an excellent interpretation of the Guglielmo Tell aria “Resta immobile,” and followed with a brilliant rendering of Riccardo’s aria from I Puritani, “Ah, per semper io ti perdei.” He was at his best in “Qui mi accolse” from Beatrice di Tenda. Finally, he significantly raised the emotional temperature of the theatre with the Poliuto aria “Di tua beltade immagine” and, above all, with “Vien, Leonora” from La Favorita.
Leo Nucci’s generosity was fully in evidence at the encores, which were the best part of the recital. There were four encores, all opera arias and rather difficult ones, and the house was fully appreciative. The encores were “Largo al factotum,” where Nucci showed how exceptional his Figaro has always been. Then he sang the entire scene of Posa’s death from Verdi’s Don Carlo, which was really impressive. He continued with the recitative and aria by Renato, “Eri tu,” where he was superb, and finished with nothing less than “Nemico della patria” from Andrea Chenier.
You have to take your hat off to this exceptional singer and his ability to communicate with the audience. Leo Nucci at 73 is a miracle of nature, and it seems that he still has a long career ahead of him.
He was nicely accompanied at the piano by Ramón Tebar, who performed a solo in the first part, a Chopin Nocturne; and two studies by the same composer in the second half. It should be noted that Leo Nucci at all times shared his success with Ramón Tebar.
Jose M. Irurzun
Publicado en la revista El Cultural” de El Mundo”:
Repóquer de ases en Il Trovatore
La Coruña arranca su Temporada Lírica con Verdi. Il Trovatore es el plato fuerte de una programación en la que podrá verse también El castillo de Barbazul, de Bartók, y Suor Angelica, de Puccini. En el apartado de recitales, la cita gallega cuenta con el gran Leo Nucci y Ann Hallenberg.
ARTURO REVERTER | 04/09/2015 | Edición impresa
Parece que, a pesar de ciertas previsiones pesimistas, la Temporada Lírica 2015/2016 se va a celebrar de acuerdo con las predicciones. Dos funciones de Il Trovatore de Verdi con uno de los mejores repartos que pueden encontrarse, ya que en él se dan cita algunas de las mejores voces del momento, con lo que se cumple hasta cierto punto aquella máxima atribuida a Toscanini: “Denme para Il Trovatore los cinco más grandes cantantes del mundo”.
Manrico es Gregory Kunde, que ha pasado en unos años de tenor ligero a tenor spinto. La reciedumbre de su timbre, su correcta emisión, la amplitud de sus registros, sus penetrantes agudos, son ya bien conocidos en La Coruña a través de recitales y, sobre todo, de un histórico Guillermo Tell de Rossini. Completan el elenco, las también estadounidenses Angela Meade (Leonora), soprano sonora, de vibrato stretto y fúlgido metal, triunfadora en el Ermione rossiniano de la pasada temporada, y Marianne Cornetti (Azucena), mezzo de notables medios, extensa -canta también de soprano- y vigorosa. El Conde de Luna es Juan Jesús Rodríguez, asimismo conocido en la plaza, cantante algo rudo, pero de magnífica pasta baritonal, y Ferrando, el ruso Dmitri Ulyanov, de oscuro y proceloso instrumento. La producción, que se estrena, viene firmada por el generalmente muy conservador Mario Pontiggia. La canadiense Keri Lynn Wilson, que ha dirigido ya en la ciudad otros dos Verdis, Attila y Nabucco, empuña su segura batuta.
Tras este buen manjar, unas semanas más tarde, se presenta en versión de concierto el doblete El Castillo de Barbazul de Bartók/Suor Angelica de Puccini. Será Gómez Martínez, director que conoce una provechosa madurez, quien se ocupe de la dirección musical. Dispone para la primera de Ana Ibarra, que sigue con buen pie su actual carrera como mezzo, y del israelí Gindon Saks, un barítono-bajo no poco engolado pero resultón, y para la segunda de la propia Ibarra, de Barbara Frittoli, Ewa Podles, Ruth Iniesta o Alexandra Rivas. Buenos mimbres. Como lo son los solistas vocales protagonistas de la serie de recitales Grandes cantantes: el sempiterno Leo Nucci, barítono que no pierde gas, con Ramón Tébar al piano; la mezzo sueca Ann Hallenberg, hábil como pocas en el repertorio barroco, que expone un programa de lo más atractivo con arias en recuerdo de Farinelli y que cuenta con el apoyo de Christophe Rousset y Les Talents Lyriques; el tenor Ramón Vargas, voz lírica límpida de cálido timbre, que ofrece arias y canciones con el piano de Mzia Baktouridze; y la ya histórica Mariella Devia, que podrá asombrar aún hoy con su técnica acabada y a su edad en Grandes escenas de óperas de Bellini. El joven director, en permanente crecimiento, José Miguel Pérez Sierra es idóneo para el acompañamiento orquestal.
Dentro del mismo trimestre todavía hay sorpresas, como la del cantor popular Pino de Vittorio, que nos muestra, con Laboratorio 600, su peculiar manera de servir el folclore del sur de Italia; o la del barítono vigués Borja Quiza, de caluroso estilo y timbre además de un contagioso lirismo, que presenta una velada titulada Tributo a La Voz, homenaje a Frank Sinatra. Se da a conocer al tenor Diego Neira y se propone, ya en diciembre, el II Curso de Interpretación Vocal del maestro Alberto Zedda, a cuyo término se brindará un concierto. Como vemos, ofertas de manifiesto interés, que se habrán de completar con las incluidas en el Ciclo Invierno/Verano.
Arturo Reverter
Publicado en “Codalario”, una de las principales revistas online en España de música clásica:
“En tan solo dos años la temporada lírica de La Coruña ha conseguido llamar la atención del resto del país por la calidad de su programación. No es algo habitual, desde luego, que un ciclo operístico que no dispone de los recursos de otros destaque tanto como para servir de ejemplo. Ya la temporada anterior dio comienzo con una magnífica versión de La traviata puesta en manos de Ramón Tébar y Mario Pontiggia, director de escena que en este Trovador ha repetido para hacer virtud de los escasos recursos materiales puestos a su servicio acudiendo a su buen gusto de siempre”…
Aurelio M. Seco
Publicado en “Opera World”, una de las principales revistas online en España de música clásica:
Comenzaba la temporada lírica 15/16 en la ciudad herculina por todo lo alto: un recital de Leo Nucci y dos funciones de Il Trovatore con un reparto estelar. Esto, y el resto de la programación con títulos y cantantes de primerísimo nivel, convierten a A Coruña en un referente operístico para todos los aficionados al género lírico.
El día 4 de septiembre tuvo lugar el recital de Leo Nucci en A Coruña en el antiguo y precioso Teatro Rosalía, con el maestro Ramón Tébar al piano. Pese su edad y sus cosas, el incombustible Nucci mantiene sus señas de identidad: un gran fiato que le permite ligar frases, un magnífico registro agudo, unos graves que, curiosamente, no tenía una década atrás, y esa increíble capacidad de fraseo, de saber “qué” canta y “cómo” debe cantarse. En esto, es un verdadero genio. (…) El público ya estaba en pié, aplaudiendo y braveando, al finalizar el recital pero la apoteosis vino con las propinas que ya constituían otro recital en si mismas: un vibrante “Largo al factotum”, no en vano acababa de cantar el rol de Fígaro en La Scala este mismo verano, la muerte de Posa del D. Carlo “Per me giunto il di supremo …”, el “Alzati!, la tuo figlio … Eri tu” de Un ballo in Masquera y el “Nemico della patria …” de Andrea Chenier. ¿Quién puede cantar todo eso y con ese nivel hoy en día? Como decía al principio, el excelente director Ramón Tébar fue el pianista del recital de Leo Nucci en A Coruña. Estuvo muy bien y atento al cantante (no en vano es un grandísimo cencertador de voces). Magnífica y bellísima fue la lección de canto que se nos ofreció con este inolvidable recital de Leo Nucci en A Coruña
Daniel Diz
Publicado en “La Voz de Galicia”:
Lección de potencia y musicalidad
La voz de Leo Nucci cada vez más brillante y su modo de cantar, una auténtica lección, sonidos redondos y expresivos y agudos «squilanti»
antón de santiagoLa Voz, 06 de septiembre de 2015. Actualizado a las 05:00 h.
Después de asistir pasmado al festival canoro de este giovinotto de 73 años, Leo Nucci, todo un regalo en medio de dos formidables funciones de Il Trovatore, me entran dudas a la hora de reflejar tales lecciones: seguir el orden del recital o empezar por las propinas, selección de piezas maestras, cantadas de modo magistral.
El programa tenía en su parte primera canciones de Verdi y Bellini. Inicialmente, Nucci se encomendó a il numi con un ramillete de plegarias verdianas en las que destaca Deh, pietoso, oh addolorata, sobre textos de Goethe (Fausto), modélica romanza del año 1838, en la que asomó la voz de Nucci, que había empezado un tanto fría; siguió Per pietà, bell?idol mio, de Bellini, y otras dos canciones de Verdi: Non t?accostare all?urna (1838) y L?esule (1839). Belcantismo muy bien resuelto.
Había expectación, enorme deseo de sus numerosos fans de escuchar de nuevo en A Coruña a Nucci después de dos intentos fallidos. Se agotaron las entradas y, concluida la primera parte, la entrega era total por ambas partes.
La segunda estaba dedicada a la ópera y por orden estético: Rossini, Bellini y Donizetti. La voz de Nucci cada vez más brillante y su modo de cantar, una auténtica lección, sonidos redondos y expresivos y agudos squilanti. Bravos y ovaciones. Qué es la voz de Nucci: un sonido, una vez colocado, redondo, bruñido, aterciopelado, coronado de agudos con squillo (campana), firmes y bien delineados. Detrás de la voz está el cantante inteligente que la domina y que canta, frasea y dice con temperamento y conocimiento. La mejor prueba son los aludidos bises.
Gran lección de potencia, musicalidad y expresión. El maestro Ramón Tébar al piano hizo música con Nucci y además ilustró la presencia de Bellini con fragmentos de Chopin, el bellini del piano, que el propio Leo Nucci ponderó. Hubo largas y arrebatadas aclamaciones.
Después de hacernos brincar alegremente con la cavatina de Figaro de Il Barbiere nos trasladó al patetismo de la muerte del don Rodrigo de Don Carlo, a las emociones encontradas de Renato en Un ballo in maschera, y a la escena de Gerard, Nemico della patria, de Andrea Chénier, inspirada muestra de declamación cantada, llena de transiciones.
Antón de Santiago
«Il trovatore», aclamado
Antón de Santiago. 05 de septiembre de 2015. Actualizado a las 05:00 h.
Por su intrincado argumento, a Il trovatore, obra de Salvatore Cammarano (libreto) y Giuseppe Verdi (partitura), le es de aplicación aquel famoso dicho italiano «se non è vero, è ben trovato» [si no es verdad, está bien contado]. Y, desde luego, a esta ópera de consagración lo que le da la verosimilitud dramática y narrativa es la dramaturgia musical que aporta Verdi, la subyugante música que le inspiró tan insólito asunto. Es eficiente el primer relato de Ferrando (con un magnífico bajo en Dimitri Ulyanov), formidable la presentación del conflicto con el aria de Leonora, el canto de Manrico el Trovador y la pertinacia del despechado conde de Luna; sugestiva y dramática la escena de la cueva de los gitanos, desde el coro hasta el relato alucinado de Azucena de cómo su madre moría quemada por orden de los Luna, y la más tremenda narración a su presunto hijo Manrico de cómo desde la hoguera la madre le pedía «mi vendica» [véngame, idea fija de la obra que ella finalmente ve realizada] arrojando a la pira al hijo raptado del conde y cómo en la confusión lanza a su propio hijo. Y así hasta la trágica escena final en la que mueren Leonora y Manrico, y la gitana, antes de su propia muerte, consuma la venganza; pasando por la del rapto de Leonora, la condena a la hoguera de Azucena, la boda truncada por la heroica cabaletta Di quella pira y su inexorable do di petto, y la estratagema de Leonora, para salvar a su amado, de darse al conde, previa ingestión de un veneno.
Decía Enrico Caruso que para Il trovatore se necesitaban los cuatro mejores. En esta función inaugural de la Temporada Lírica de A Coruña 2015-2016 estaban de los mejores: Angela Meade, como Leonora, suprema en la última de sus arias; Marianne Cornetti, Azucena, rebosante de energía y dramaticidad; Gregory Kunde, Manrico, belcantista y valiente en la Pira; y Juan Jesús Rodríguez, conde de Luna, cada vez más cerca del canon de un verdadero barítono verdiano. Cantantes de gran calidad: por voz y estilo. Con Ulyanov, debe destacarse la solvencia de Alba López y Badel Albelo. La Orquesta Sinfónica de Galicia, como siempre, excelente, siguiendo la batuta sensible y atenta de Keri-Lynn Wilson; muy correcto el Coro Gaos, que dirige Fernando Briones. Puesta en escena de Mario Pontiggia, austera, funcional y propicia. Todos fueron muy aclamados. Coruña, ciudad musical por excelencia
Antón de Santiago
Publicado en “El País”:
El triunfo de la vocalidad
La temporada de ópera española arranca en A Coruña con ‘Il trovatore’
Julián Carrillo A Coruña 4 SEP 2015 – 20:10 CEST
La segunda Temporada Lírica de la Orquesta Sinfónica de Galicia y Amigos de la Ópera de A Coruña ha dado comienzo con el gran éxito alcanzado por una producción propia de la ópera de Verdi Il trovatore. Un gran éxito bien merecido, sin ninguna duda, logrado de forma muy destacada por la parte vocal del espectáculo.
Dice la tradición -y da igual que fuera Caruso o Toscanini el autor de la frase- que para lograr un buen Trovatore “solo” se necesitan los cuatro mejores solistas del mundo. El reparto del palacio de la Ópera de A Coruña se asemejó a la novela de Dumas en la que los personajes de Los tres mosqueteros son cuatro. Y así, al Manrico de Gregory Kunde, tenor; a la Leonora de Angela Meade, soprano; al Conde Luna de Juan Jesús Rodríguez, barítono, y a la enorme Azucena de Marianne Cornetti, mezzosoprano, se unió el bajo Dmitri Ulyanov, con un Ferrando a la soberbia altura de sus cuatro compañeros de reparto. Una calidad vocal digna de cualquiera de los mejores escenarios operísticos del mundo (…) La ductilidad de la OSG le hizo ser una vez más una excelente orquesta de foso, con su empastado sonido, y una gran flexibilidad rítmica y dinámica, a las órdenes de Keri-Lynn Wilson. En su tercera ópera en A Coruña tras sus Nabucco y Attila, la directora canadiense mostró una buena sensibilidad como acompañante y sus buenas dotes de concertación.
Esta cualidad fue especialmente trabajada con el Coro Gaos. Este tiene un timbre agradable, aunque no especialmente brillante, y muestra una afinación más que correcta. Logró un buen ajuste rítmico en sus intervenciones…
Julián Carillo
Publicado en “El País”:
El espectáculo debe continuar
Leo Nucci renueva su especial relación artística y afectiva con el público de A Coruña
El segundo evento programado para la Temporada Lírica de A Coruña ha sido un recital de Leo Nucci. El gran barítono italiano volvió a obtener un grande y merecido éxito en la ciudad en que hizo su debut internacional en 1973, renovando con él su ya larga relación artística y afectiva. Como acompañante al piano, José Ramón Tébar -titular de las óperas de la Florida Grand Opera, de la ópera de Naples (Florida) y director del Festival Musical de Santo Domingo (República Dominicana)-, recientemente nombrado director principal invitado del Palau de les Arts valenciano . El programa, sabiamente articulado y dosificado, se recogía en la primera parte tres plegarias y dos canciones, estas de Bellini y el propio Verdi. Un mero calentamiento vocal para Nucci en el que este mostró alguna leve vacilación de voz, nada extraño -ni mucho menos reprochable- en un cantante que hace tiempo que dobló la esquina de la setentena. Tras un breve descanso en el que Tébar interpretró un Nocturno en mi menor de Chopin, Nucci cerró la primera parte del recital L’esule, también de Verdi.
Cualquier actuación de Nucci se convierte en un espectáculo que incluso supera las siempre altas expectativas que despierta su anuncio. El del viernes en el Teatro Rosalía de A Coruña no fue una excepción y en su segunda parte el veterano cantante boloñés volvió a hacer buena, bien entrado el siglo XXI, su leyenda como uno de los mayores artistas dedicados vocales y escénicos que dio el XX. Las arias de Rossini, Bellini y Donizetti fueron los escalones que le permitieron subir a la gloria del aplauso y la absoluta entrega de su primer público internacional. Y esta es una relación que deja una huella bien profunda; como esos primeros amores que nunca se olvidan; o que incluso, a través de las décadas, crecen o se van idealizando en el recuerdo. Tras la segunda parte, llegó esa tercera no programada que la generosidad y el instinto de Nucci siempre otorgan a sus auditorios.
Primero se metió en el bolsillo al poco público que aún estaba fuera de él con un Largo al factotum de Figaro espectacular por tempo y simpatía. Luego, como si no quedara sitio suficiente en ese bolsillo para tanta emoción, hizo sitio en él encogiéndonos el corazón a cuantos allí estábamos. Las tres arias con que finalizó la noche sobrecogieron por la emotividad con que las cantó, erizando todo vello o cabello presente en el teatro. El viejo dicho teatral “El espectáculo debe continuar” se cumplió una vez más. La brillante longevidad profesional de Nucci no excluye la lógica evolución de una voz trabajada durante las décadas arriba mencionadas. Pero la enorme inteligencia escénica del gran artista que es Nucci -más allá del canto o la música- ha ido sustituyendo brillantez por sabiduría vocal y escénica. Como esas parejas que a lo largo de los años supieron sustituir gradualmente la pasión por el cariño. Así las cosas, está claro que al matrimonio A Coruña-Nucci aún le queda vida para rato.Tébar, más allá de sus buenas interpretaciones chopinianas –en la segunda parte tocó tres preludios llenos de esa fuerza berroqueña que tantos pianistas no saben encontrar en la obra del polaco-, hizo un grandísimo acompañamiento. Tanto en las canciones como muy especialmente en las arias, en las que su arte y su oficio como director logró presencias orquestales desde el viejo piano del Rosalía
Julián Carrillo