Mariella Devia, la última gran diva del belcanto canta “Lucrezia Borgia”

La ópera “Lucrezia Borgia” llegará el próximo día 23 a la Programación Lírica coruñesa. Esta auténtica obra maestra de Gaetano Donizetti nunca se había ofrecido hasta ahora como parte de la programación de Amigos de la Ópera de A Coruña, entre otras razones, por la dificultad que representa encontrar las voces adecuadas, sobre todo para los dos protagonistas principales. En esta ocasión, se ha logrado reunir a un reparto excepcional con dos de los más aclamados belcantistas de nuestro tiempo: la soprano Mariella Devia y el tenor Celso Albelo. Se trata además de una ocasión muy especial, porque será la última vez que Devia cante una ópera completa en España. Al cumplirse 35 años de su debut en A Coruña, precisamente en el Teatro Colón, la gran diva del belcanto se despide de los escenarios españoles con una de sus mayores recreaciones actuales, la Lucrezia Borgia, que ya no volverá a cantar más. Con ella actuarán además la mezzo Elena Belfiore, los bajos Luiz-Ottavio Faria, David Sánchez y Jeroboam Tejera, el barítono Asier Sánchez y los tenores Francisco Corujo, Ramón Farto y Enrique Sánchez. El director Andrei Yurkevich, que ya ha grabado este título con la soprano Edita Gruberova, estará al frente de la Sinfónica de Galicia y el Coro Gaos.

A continuación reproducimos el artículo para el programa de mano de esta ópera:

“Los adioses de Mariella Devia: técnica y sabiduría”

En una época en que la técnica vocal y los principios fundamentales del canto, prácticamente, brillan por su ausencia, con carreras fugaces, cantantes que aparecen y desaparecen y en la que parece importar mucho más otros elementos como la apostura física o el desenfado juvenil y otras actitudes próximas a la estética de la música pop, sobresale con cada vez mayor fuerza la figura y trayectoria de la soprano Mariella Devia.

Una cantante que ha llevado una carrera ejemplar caracterizada por la discreción, la sobriedad y la sensatez, alejada del divismo trasnochado en su peor concepto, así como del star system. Siempre al servicio de la música y del compositor y que con seriedad, inteligencia, suprema profesionalidad, y apoyada en una técnica inatacable, le ha permitido una asunción progresiva de papeles más dramáticos -siempre dentro del repertorio belcantista romántico- basándose en la evolución natural de la voz, sin falseamientos ni atajos, manteniendo la elasticidad y agilidad vocal y su rutilante registro agudo, requisitos fundamentales especialmente en este repertorio.

La gran soprano italiana ha tenido siempre una especial relación con España donde ha cantado mucho y cuenta con gran número de fieles partidarios. Precisamente en A Coruña debutó en 1982 con uno de sus grandes papeles, Amina de “La Sonnambula”. Desde sus primeros pasos –temprano debut como protagonista en 1973 en el papel de Lucia, uno de sus más emblemáticos- se centró en el repertorio italiano protorromántico, además de Mozart -especialmente la Konstanze de “El rapto en el Serrallo”, también una espléndida Donna Anna de “Don Giovanni”- y algunas incursiones en ópera francesa. Su control absoluto sobre la respiración y la emisión, siempre sul fiato, la infinita capacidad para regular la intensidad del sonido, el aliento generoso, la deslumbrante agilidad, el legato de alta escuela, la expresión dulce, alada, etérea, se adaptan perfectamente al repertorio descrito: las donizettianas Lucia, Adina de“L’elisir d’amore”, Norina de “Don Pasquale”, “Linda de Chamounix”, “Adelia”, “Parisina d’Este”, Elena de “Mariano Faliero”; las bellinianas Elvira de “I Puritani”, Amina de “La Sonnambula”, “Beatrice di Tenda”, y Giulietta de “I Capuleti ed I Montecchi” -papel con el que debutó en el teatro alla Scala en 1987 con dirección de Riccardo Muti- escrituras vocales, estas últimas, en las que el arte de la Devia exponía en todo su esplendor la sublime melodía belliniana.

Precisamente y sirve como argumento frente a los que la acusan de distanciamiento o frialdad,, escuchándole en el Teatro Carlo Felice de Genova el papel de Giulietta de “Capuleti” fui golpeado por una sensación de emoción total por el puro canto, por esa perfecta traducción que consiguió la Devia de las inacabables y celestiales melodías bellinianas. Papeles franceses como Leyla de “Los pescadores de perlas” de Bizet, “Lakmé” de Delibes, “Manon Lescaut” de Auber y Teresa de “Benvenuto Cellini” de Berlioz demostraron que el refinamiento y sentido de la mesura de la ópera francesa casan perfectamente con el arte y el temperamento de la Devia.

A lo largo de los años 80 y ya en total plenitud vocal y artística, Donna Mariella se fue adentrando en el repertorio rossiniano, en el que también ha hecho historia: “Adelaide di Borgogna”, “Le Comte Ory”, “Il Signor Bruschino”, “Mosè in Egitto”, “Zelmira”, “Otello”, “La donna del Lago” y cómo no, la Amenaide de “Tancredi”, papel que ofreciera en Sevilla en 2009 y que constituye otra dorada muestra de su abundante galería de referencias. Mediante la perfección en la producción del sonido, la firmeza de la emisión, el legato y afinación pluscuamperfectas, la facilidad y perfecta resolución del agudo y sobreagudo, -desahogado y squillantissimo- y la fascinante coloratura, la Devia reproduce impecablemente el ideal de estilización y sublime belleza del cisne de Pésaro.

Ni que decir tiene que la gran artista ha mantenido sus papeles más representativos durante décadas. De este modo, su última Lucia no llegó hasta 2006 en el Teatro alla Scala y el que firma, que presenció una de las funciones, puede atestiguar que fue la soprano quien dejó el papel de Lucia y no al revés, como tantas veces ocurre.

A partir de un momento de su carrera y dentro de un lógico desarrollo de la misma, la Devia fue afrontando papeles que, aunque encuadrados en el repertorio belcantista romántico, demandan unas especiales exigencias dramáticas, así como de fuste vocal y tesitura –centro y grave muy requeridos-,  acentos vibrantes y agilità di forza, en principio alejados de su vocalidad lírico-ligera. “Lucrezia Borgia”, las tres reinas de la trilogía Tudor Donizettiana, “Il Pirata”…, hasta llegar a la mismísima Norma, que debutó en Bolonia en Abril de 2013 y ha ofrecido en Valencia y Madrid. Papeles propios de la vocalidad excepcional de soprano assoluto (indudablemente Anna Bolena, Elisabetta de Roberto Devereux y Norma) o que la rondan. La gran artista ha abordado todos estos personajes mediante la evolución natural de la voz (sin falsearla ni abombarla como tantas veces ocurre), que va ganando cuerpo con los años, con inmensa inteligencia, llevándolos a su terreno y apoyada siempre, cómo no, en ese bastión inexpugnable, inabordable e infalible, que supone su inmensa técnica. Desde estos mismos parámetros ya había abordado la Violetta Válery de “La Traviata” desde mediados de los 90, que junto a la Gilda de Rigoletto, la Nanetta de “Fasltaff” y alguna otra incursión como Giovanna d’Arco constituyen fudamentalmente sus acercamientos verdianos. Asimismo, cabe mencionar una incursión Pucciniana, Liù de “Turandot” ofrecida en Génova en 2012.

Como se ha subrayado, ya desde los tempranos ochenta la soprano italiana escanció su arte con regularidad en los escenarios españoles. Oviedo y Bilbao (“Lucia di Lammermoor”, “Los Pescadores de Perlas” y “Rigoletto” (estas dos últimas junto a Alfredo Kraus), “Don Pasquale”, “Elisir d’amore”, “I Puritani”; A Coruña (“La Sonnambula”, 1982); Sevilla (“I Puritani”, “Elisir”, “Tancredi”), … A Oviedo retornó en 2004 con Lucrezia Borgia, personaje que ha interpretado también en Valencia este mismo año 2017. En Madrid, Konstanze de “El rapto en el Serrallo” en 1988 y dos inolvidables muestras de dos de sus más emblemáticos papeles y que no olvidaremos los que pudimos presenciarlas: Elvira de I “Puritani” en 1990 y Lucia di Lammermoor en 1994 junto a un espléndido y emergente entonces Ramón Vargas. Posteriormente en el Teatro Real su única Marguerite de “Faust”, además de la reciente Elisabetta de Roberto Devereux junto a Gregory Kunde y una función de Norma. Más tardía ha sido su relación con el Liceu de Barcelona en el que ha interpretado “L’elisir d’amore” e Imogene de “Il Pirata”. Parece que la insigne soprano va a ir retirándose de los escenarios y seguramente esta interpretación coruñesa de Lucrezia Borgia en el Teatro Colón, en el que se presentó por primera vez en la ciudad herculina en hace 35 años, sea su última actuación operística en España. Merecido regalo de cumpleaños para Amigos de la Opera de A Coruña que cumple 65 años, que le acreditan como la decana entre las españolas.

El que suscribe ha tenido la inmensa suerte de disfrutar del arte de Mariella Devia en más de treinta ocasiones en un período que va desde 1990 a la actualidad, por lo que me permitirán darle desde aquí las gracias por haber podido disfrutar de su arte y magisterio durante tantas veladas y poder seguir haciéndolo hasta que ella quiera, además de desearle lo mejor para el futuro y brindarle un ¡Hasta siempre Maestra!. (Por Raúl Chamorro Mena)

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