Entrevista con René Pape en La Voz de Galicia

René Pape: «Tenemos que poner cuidado en no perder nuestra historia cultural»
El bajo René Pape debuta en Galicia con un programa de «lieder»

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René Pape actuará en A Coruña el próximo viernes

 Considerado el bajo más importante de la escena lírica actual, René Pape (Dresde, 1964) debuta en Galicia con un recital en A Coruña el próximo viernes (Teatro Rosalía, 20.30 horas) dentro de la temporada lírica de la Asociación de Amigos de la Ópera y el Consorcio para la promoción de la música. Acompañado por el pianista Camillo Radicke, interpretará canciones de Beethoven, Dvorak y Quilter, así como los Cantos y danzas de la muerte de Mussorgsky.

-Usted también canta habitualmente ópera. ¿Qué diferencias encuentra entre un gran montaje operístico y la sencillez que suponen los «lieder»?

-Una ópera suele tener muchos personajes y requiere un buen trabajo en equipo. En cambio, cuando cantas lieder estás a solas con tu pianista: es una situación muy íntima. Te comunicas con el pianista y él te aporta mucha inspiración. Haces música tú solo durante dos horas y es más duro, aunque tengas un breve descanso.

-¿Uno es más consciente de la voz, del piano?

-Sí, tienes que poner mucho cuidado. Por otra parte, es algo muy hermoso, porque eres capaz de afrontar tú solo a tu público, sin la compañía de otros colegas. Eres el responsable de todo lo que ocurre en el escenario y también de lo que le ocurre al público. Es una forma muy interactiva de hacer música.

-El gran público suele asociar a Beethoven con sus sinfonías y conciertos. ¿Quien escuche por primera vez los «Gellert Lieder» descubrirá algo nuevo?

-No descubrirá nada nuevo. Por supuesto, para el público no es fácil escuchar un programa completo que no está en su idioma. Las canciones Gellert son muy hermosas, digamos que muy cristianas. No versan sobre Dios ni son oraciones. Son muy hermosas, aunque no blandas, pero con una sonoridad eclesial.

-De hecho, lo religioso cohesiona todo el programa, a través de diferentes visiones de la espiritualidad. ¿Qué le dicen al oyente de hoy?

-No es fácil decirlo. Más bien será el público quien haga su interpretación de los textos. Como ha mencionado, hay una conexión religiosa, y en lo positivo y en lo negativo, todos los días tenemos sensaciones religiosas a nuestro alrededor, en nosotros, entre nosotros. Es la segunda vez que canto este programa, así que para mí sigue siendo un reto, una aventura y un viaje.

-Quilter, siendo inglés, se formó en la escuela Fráncfort. ¿Aun formando parte inequívoca de la tradición alemana, el «lied» puede estar al servicio de autores de otras nacionalidades y lenguas?

-Por supuesto. Por supuesto, así es. Eres parte de tu propia tradición, pero también eres parte de la tradición de donde hayas estudiado. Es muy importante cómo hayas sido educado, tu situación social, tus padres, familia, amigos, el tiempo que te ha tocado vivir, si eres un tipo pobre o un burgués o rico. Ninguno de estos compositores fueron muy ricos, de todas formas, aunque sí ricos en experiencias, en cosas que les ocurrieron en sus vidas. Todos eran muy religiosos, así que tenemos cuatro compositores diferentes con vidas y tradiciones distintas, de los siglos XIX y XX. Pero, al final, todos compusieron música hermosa y ahora en el siglo XXI somos afortunados de tener esta música.

-Ha cantado numerosos personajes: ¿tiene alguna preferencia?

-Como bajo tienes varias ocasiones de interpretar personajes muy diferentes. Puedes ser un dios, un padre, un rey, un demonio. Un tenor, en función de su voz, puede ser un tonto, un bufón o un amante, y ya está. Me encantan los tenores, pero no los interpreto. Los bajos tienen más posibilidades de expresar diferentes personalidades.

-La música ha sido parte de su vida desde niño, en unos años en los que todavía existía la República Democrática Alemana.

-Sí, provengo de una ciudad que es bien conocida por su historia musical. Por tanto, para mí no había otra posibilidad que crecer con música. Formé parte de un coro de niños, no hice otra cosa que no fuese música y cantar. La educación musical en los años de la Alemania oriental fue muy buena. Recibimos una buena educación, teníamos buenos profesores, así que no puedo decir nada malo sobre ello.

-Ahora, en cambio, la educación musical y la cultura son víctimas de los recortes a causa de la crisis, y de una desatención cada vez mayor en occidente.

-Lo sé, lo sé. Es muy duro. Todos sabemos de la situación económica, algunos países lo llevan mejor que otros. Es triste ver cómo por ejemplo Italia o España están sufriendo. Tenemos que poner cuidado en no perder nuestra historia cultural, nuestra inspiración. Es sabido que los niños cuando crecen con música o tocando un instrumento son más inteligentes que los niños que crecen sin música. Todos los políticos a nivel mundial deberían cuidar más de la parte económica de la cultura. En lo primero en que se recorta es en la cultura y ese es el camino equivocado.

-Debió de ser emocionante cantar en la celebración del 25.º aniversario de la caída del muro bajo la batuta de Barenboim…

-Sí, actuamos frente a la puerta de Brandemburgo ante casi dos millones de personas, y fue muy especial, muy emotivo. Fue muy emocionante, un gran honor haber podido formar parte de aquel concierto de celebración.

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