Arranca este viernes la Temporada Lírica de La Coruña con una estimable programación. Dos óperas: Un ballo in maschera (Gregory Kunde) y Lucrezia Borgia (Mariella Devia). Y homenajes a Alberto Zedda y Ángeles Gulín.
ARTURO REVERTER | 01/09/2017 | Edición impresa
Pese a las dificultades económicas, ya sabidas, la Asociación de Amigos de la Ópera de A Coruña, impulsada por el tenaz y perseverante César Wonenburger, ha montado una muy estimable programación, inaugurada este viernes con una nueva producción de Un ballo in maschera de Verdi firmada por el eficaz y curtido Mario Pontiggia. El título se programa en recuerdo de la insigne soprano orensana Ángeles Gulín, una voz descomunal de spinto, fallecida hace 15 años.
El reparto está presidido por dos voces recias, auténticamente verdianas, las del tenor Gregory Kunde y el barítono Juan Jesús Rodríguez. A su lado la soprano Saoia Hernández, que es raro que no sea más solicitada en nuestro país por su timbre compacto, satinado y vibrante de lírico-spinto y su cumplido arte de canto. Los otros dos papeles principales corren a cargo de la mezzo norteamericana Marianne Cornetti, una Ulrica quizá no tan oscura como se pide, y de la gentil soprano lírico-ligera Marina Monzó sin duda muy adecuada para Óscar. En el foso, el muy hábil y flexible en estos menesteres Ramón Tebar, director en alza.
En Lucrezia Borgia de Donizetti, que se dará el 23 de este mes en versión de concierto, aparece la veteranísima soprano lírica Mariella Devia, artista muy admirada en la plaza, quien, pese a que anda cerca de la setentena, aún conserva el aliento, la vibración, la facilidad para el ornamento y la capacidad para regular el aire hasta el infinito. El cada vez más asentado, con una impresionante proyección en la zona superior y un fraseo en vías de la total depuración, Celso Albelo, figura también habitual en la muestra y socio honorífico, le da la réplica. El bajo Luiz-Ottavio Faria, la mezzo Elena Belfiore y el tenor Pancho Corujo los acompañan. Actúan bajo la experta batuta en estas lides de Andrei Yurkevich, muy unido a Devia.
Un certamen como éste no podía dejar de recordar a Alberto Zedda, tanta veces en el foso del Palacio de la Ópera, gran rossiniano. Un protegido en su día del maestro, el joven José Miguel Pérez Sierra, seguidor de su estela, se situará en el podio de la Sinfónica de Galicia -conjunto del Festival- para interpretar el 9 de septiembre una gala en la que se escucharán fragmentos de El barbero, Semiramide, Guillaume Tell, Il viaggio a Reims, La donna del lago y Otello. A ello hay que añadir, ya en diciembre, un concierto conmemorativo del 65 aniversario de la Asociación que estará protagonizado por la soprano surafricana Pretty Yende, ganadora en 2011 de Operalia y premiada recientemente en los Opera Awards.
Guiño filial de Ángeles Blancas
Como actividades complementarias anotemos el recital de Ángeles Blancas, hija de la Gulín, soprano emotiva y racial, una lírica reforzada, que recordará a su madre el 14 de octubre en un recital con piano (Giovanni Auletta) con una propuesta original y atractiva. “De Verdi a Wagner. Lo que mi madre cantó y lo que le habría gustado cantar”. Se presentará también el joven contratenor gallego Christian Gil. Por otro lado, el 8 de septiembre se desarrollará la actuación final de los participantes en el Curso de Interpretación vocal de Renata Scotto, gran cantante en su día y gran maestra hoy (de Saoia Hernández, por ejemplo). Habrá además encuentros, conferencias, mesas redondas y proyecciones.
FUENTE:http://www.elcultural.com/revista/escenarios/La-Coruna-entre-Verdi-y-Donizetti/39981