La Temporada Lírica rinde homenaje a Antonio Campó, el bajo que grabó uno de los primeros discos de canciones gallegas. Una conferencia y dos funciones de “La flauta mágica” recuerdan al mejor “Don Juan” de Mozart español, que debutó en A Coruña en 1955. Joan Font y Els Comediants ensayan ya en la ciudad la producción de La flauta mágica que clausurará la Temporada
El bajo Antonio Campó será recordado en la conferencia que mañana, a partir de las 20h, ofrecerá en el auditorio principal de Afundación el profesor de canto Antón de Santiago como parte de las actividades paralelas de la Temporada Lírica coruñesa. Este tributo se suma a la dedicatoria de las dos representaciones de la “La flauta mágica” de Mozart que se se ofrecerán los días 25 y 27 de este mes en El Palacio de la opera coruñés, y a las que asistirá la viuda de Campó, Paz Pestonit, madre de la cantante pop Marta Sánchez.
Antonio Campó (Gijón, 1922-A Coruña, 1998) fue el “Don Juan” por antonomasia, el cantante español que mejor encarnó al protagonista de la ópera de Mozart. Campó, Sánchez Camporro en origen, y luego rebautizado para la carrera, había nacido en Asturias, pero a todos los efectos fue coruñés. En esta ciudad se crió, forjó sus más duraderas amistades, conoció el amor y permaneció hasta sus últimos días. Aquí aprendió los fundamentos del canto con Amparo Fraga, antes de trasladarse a Madrid para perfeccionarlos junto a la soprano gallega Angeles Ottein, y cuando en 1946 debutó en Bilbao, lo hizo curiosamente junto a una coruñesa, otra soprano ilustre, María Luisa Nache.
En el Festival de Ópera de A Coruña actuó por primera vez en 1955, con “Fausto”, “La forza del destino” y “El barbero de Sevilla”, y hasta 1966, el año que marcó su prematura retirada al poco de haber grabado para RNE un “Retablo de Maese Pedro” de Falla que aún permanece como referencia insuperada por su perfecta encarnación del Quijote, siguió interviniendo en las temporadas de su urbe adoptiva. En el viejo Teatro Colón compartió escenario más de una vez con el tenor Alfredo Kraus, su gran amigo y padrino de su hija, la conocida cantante pop Marta Sánchez, en obras como “Rigoletto” o “La Traviata”.
Precisamente ahora, cuando se van a cumplir 60 años de su presentación coruñesa, la Temporada Lírica que organizan el Consorcio para la Promoción de la Música y Amigos de la Ópera de A Coruña, le rendirá homenaje a través de las dos funciones de “La flauta mágica” de Mozart programadas, además de una conferencia en la que el profesor de canto Antón de Santiago glosará su figura.
La carrera de Campó duró dos décadas, tuvo que retirarse por serios problemas de audición, pero durante este tiempo actuó en algunos de los mejores escenarios de Italia, Francia e Inglaterra con estrellas de la época como Beniamino Gigli, Franco Corelli, Mario del Monaco, Renata Tebaldi o Cesare Siepi; cantó en la coronación de la reina Isabel II de Inglaterra, y grabó uno de los primeros discos de canciones de compositores gallegos. Su amor por esta tierra queda reflejado en sus matizadas interpretaciones de “Negra sombra” o “Un adeus a Mariquiña”.
Aunque nada de lo anterior puede igualarse a los éxitos de sus dos soberbias encarnaciones del mito donjuanesco en Aix-en-Provence, en 1956 y 1958, con repartos que incluían a algunas de las mejores voces del momento, como el tenor Nicolai Gedda o las sopranos Teresa Stich-Randall y Anna Moffo. Por fortuna, de estas representaciones han quedado registros discográficos de enorme valor artístico, lo cual no puede decirse de su encarnación del conde Almaviva en otra de las joyas de Mozart, “Las bodas de Figaro”, que ofreció como su despedida del Festival de Ópera coruñés en 1966. No hay testimonio grabado de aquella única función que se ofreció con un reparto íntegramente español, algo inusual en aquella época y que ahora se repetirá en “La Flauta Mágica”, como tributo a este artista.